Según un estudio, el primer beso sería la experiencia humana que se vive con mayor intensidad,
sería incluso un momento más importante que la pérdida de la virginidad. La investigación responde también por qué nos besamos.
Una investigadora de la Universidad de Texas acaba de publicar un libro en el que afirma que el primer beso es una de las experiencias más intensas de la vida. En su publicación, "La ciencia de los besos", Sheril Kirshenbaum asegura que la mayoría de las personas recuerdan hasta en un 90% los detalles de aquel momento. La científica concluye que esa experiencia es incluso más intensa que la primera relación sexual.
Ahora bien, ¿por qué nos besamos? La investigación de Kirshenbaum responde a esa pregunta también y cita dos teorías.
La primera -freudiana- indica que el acto de fruncir los labios nos recuerda la tranquilidad, la comodidad y el apego de los cuidados de la infancia.
La otra teoría considera que el beso nos recuerda a una vieja costumbre de "premasticación", por la que una madre mastica la comida y alimenta a su bebé a través de la boca.
De todos modos, el libro de Kirshenbaum agrega que los besos no son privativos de los seres humanos. Sí, los animales también se besan. De hecho, los bonobos, una especie de chimpancé enano, por ejemplo, se besan más que cualquiera de los humanos.
De acuerdo a los investigadores, este comportamiento tiene como objetivo reafirmarse -por excitación o miedo- o para reforzar sus relaciones con los otros pares.
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